El antiperiodista

Cada vez más frecuentemente, los profetas y las profetas del software libre recorren las calles y se nos acercan para arengarnos sobre las bondades de su nuevo reino, llamado GNU/Linux. Arrepentíos, porque el fin del reino de los cuelgues está cerca. Convertíos, porque muchos son los llamados y pocos los elegidos. En verdad os digo, que es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que un virus aparezca en linux. Bienaventurados los usuarios del software libre, porque de ellos será el software que utilizan.

Compungidos y cabizbajos marchamos a casa. Tras unos días de reflexión salimos a la calle, renovado el espíritu a buscar a aquélla profeta que un día nos puso la mano sobre la cabeza y nos enseñó la luz. Madre, le decimos, he pecado contra tí y contra mi ordenador, no soy digno de que GNU/Linux se entre en mi casa, pero una orden tuya bastará para instalarlo.

Y ella, con una beatífica mirada, sacará una hoja redonda y delgada de su viejo zurrón, te la entregará y te dirá: Tu fe te ha salvado.